Urgiles Rivas, Marco Vinicio y cols. 10
Revista multidisciplinaria investigación Contemporánea. Vol. 1 - No. 1, enero-junio, 2023
a tal punto que el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) ha vuelto a
imponer el uso de la mascarilla en los lugares cerrados y eventos masivos, así
como también a seguir manteniendo las debidas medidas de bioseguridad.
De acuerdo con un reporte del Comercio hasta el 17 de diciembre en tan solo
cinco semanas los casos aumentaron de 334 a 5.366 y con una tendencia
al alza ya que se ha complicado con el virus de la influenza AH1N1, AH3N2 y
sincitial que ha afectado a personas entre 20 y 49 años de edad (Espinosa,
2022). Aparentemente, a pesar de que todos nos encontramos luchando
para salir de la crisis, el virus de la COVID-2019 se quedó entre nosotros y
debemos aprender a convivir con él.
Por otra parte, el sector de la educación se vio bastante afectado
ya que la mayoría de instituciones educativas se vieron en la necesidad
de buscar alternativas para la enseñanza vía online. En este aspecto
de acuerdo con el informe de las Naciones Unidas, “la crisis agravó las
disparidades educativas preexistentes” ya que las instituciones educativas
privadas continuaron con sus clases por medio de la tecnología con la
enseñanza síncrona y asíncrona. En tanto que, los estudiantes de las
instituciones públicas resultaron más afectados con un retraso significativo
en el aprendizaje debido a que no estaban preparados para este tipo de
enseñanza; y, las escuelas permanecieron cerradas en un promedio de 37
semanas desde marzo de 2020. Además, de acuerdo con datos de UNICEF
(2022) la Pandemia también afectó “la salud mental de los niños, niñas y
adolescentes provocando vergüenza, miedo, ataques de pánico, crisis de
ansiedad, miedo para hablar frente a sus compañeros, miedo de no ser
aceptados en el grupo, entre otras” (parr. 16). Prácticamente a mediados
del año 2021 recién las instituciones educativas empezaron a reabrirse
progresivamente y durante el año 2022 las clases presenciales casi han sido
normales. Consecuentemente, los docentes intentan implementar estrategias
alternativas para nivelar conocimientos básicos con los estudiantes.
En el sector social Ecuador enfrenta una grave crisis de inseguridad y
violencia que se ha vuelto incontrolable para el gobierno. Esta inseguridad se
manifiesta con el crimen organizado, la delincuencia, sicariatos, corrupción,
secuestros, violencia de género, “vacunas” o extorsiones, narcotráfico,
“secuestro express”, matanzas en las cárceles, etc., que mantienen a la
ciudadanía ecuatoriana en zozobra, dolor y sufrimiento. Esta crisis de
inseguridad agrava en mayor grado la situación económica y social de la
ciudadanía, llevándolas a intentar aprender a sobrevivir en un clima de
expectativa constante para saber como reaccionar ante tales eventos.